Theyyam: La danza de los dioses
Theyyam es la danza ritual más importante de Kerala, una forma de adoración en la que el dios o la diosa se manifiesta a través del cuerpo del bailarín, para ponerse en contacto con sus devotos, es energía en estado puro y presenciarlo es una experiencia única, que produce fuertes emociones.
Sus orígenes aún son un misterio, se cree que tiene sus raíces en antiguos rituales de culto tribal, a los que se fueron incorporando elementos de otras religiones. En una sociedad con un sistema de castas tan estricto, en el que la mayoría no podía entrar en los templos, el Theyyam se hizo muy popular, ya que estaba abierto a todas las castas y religiones. Normalmente lo realizan las castas más bajas, pero su halo sagrado hace que cualquiera busque su bendición, incluso las castas más altas.
Theyyam y los dioses
Los bailarines (kolam) del Theyyam, siempre son hombres, aunque interpreten caracteres femeninos, pertenecen a unas determinadas castas de Kerala, y cada casta representa a diferentes manifestaciones de los dioses. Los que lo ejecutan han de conocer perfectamente el ritual y el carácter de cada dios, un conocimiento que pasa de padres a hijos, y han de tener una serie de habilidades extraordinarias. Para llegar a ser poseído por el dios se requiere una intensa preparación mental, física y espiritual, los días previos siguen una dieta estrictamente vegetariana y el mismo día de la representación realizan un ayuno purificador, que a veces solo incluye el licor de palma, que le ofrecen los mismos aldeanos.
Hay más de 450 formas diferentes de Theyyam, según el dios que se representa, y para cada uno de ellos, el vestido y el maquillaje son diferentes.
Sus trajes están hechos de hojas de coco y filamentos de bambú, que se pintan de rojo y negro, se adornan con pesados brazaletes, pulseras y tobilleras, y llevan armas como espadas, escudos o arcos…los personajes femeninos, llevan una placa en el pecho que está hecha con cáscaras de coco, y para completar la vestimenta: el tocado (muti), que en ocasiones puede ser de hasta 20m de altura, y está formado por un entramado de bambú y hojas de palma, que se adorna con flores, telas, joyas y plumas de pavo real.
El maquillaje es muy importante, se utilizan espectaculares combinaciones de colores amarillo, rojo, naranja, blanco y negro, todos hechos con pigmentos naturales, creando diseños que representan complicados simbolismos místicos. Cuando el kolam está listo recibe un espejo, y es en ese momento, que se llama mukhadarshanam, cuando ve reflejado su rostro, que el mortal se transforma en Dios, lo que ve ya no es él sino el dios que representa. Cuando llega a ese estado, sobrehumano y divino, su forma de hablar, las bendiciones y a veces hasta curaciones son las del dios, y tiene los poderes sobrenaturales del dios: puede caminar sobre brasas, cortarse con la espada, romper cocos con la frente….
Después de la actuación el Theyyam bendice a la gente, habla con ellos, responde a sus problemas y les da mensajes. Su visión purifica y elimina las energías negativas.
El Theyyam se realiza en pequeños pueblos y templos, especialmente en los distritos del norte de Kerala: Kannur y Kasargod. La temporada de Theyyam empieza entre el día 10 de Thulam (de mediados de octubre a mediados de noviembre) y el 15 de Idavam (de mediados de mayo a mediados de junio), según el calendario malayalam. Este es el período entre la finalización de la cosecha y los preparativos para la cosecha del próximo año, por lo que es una buena época para la oración, y conseguir que los dioses bendigan las cosechas, el ganado, protejan los hogares y liberen a los devotos de enfermedades y obstáculos.
Excepcionalmente, en el templo de Parassinikadavu Muthappan, cerca de Kannur, el ritual del Theyyam realiza a diario.
Lectura recomendada:
“Nueve Vidas: En busca de lo sagrado en la India de hoy” William Dalrymple Ed. Kairós
Sinopsis: Nueve relatos de búsqueda espiritual genuina; vidas repletas de anhelos, contradicciones, dificultades o arrebatos de dicha y éxtasis. Una de ellas es la de un carcelero de Kerala que se convierte, dos meses al año, en bailarín de templo, al que se venera como a una divinidad encarnada; luego regresa a la prisión. Mientras a Occidente gusta imaginar las religiones de Oriente como profundos pozos de sabiduría antigua e inmutable, William Dalrymple muestra cómo las formas de vida religiosa tradicionales de la India están en perpetua transformación. Nueve vidas es el resultado de más de 25 años de conocimiento del país asiático.